Las perspectivas que ofrecen las TIC en cada uno de los nuevos entornos de aprendizaje implican cambios organizativos en cuanto a combinación de estos escenarios y los servicios integrados de aprendizaje.
Las tendencias actuales en la formación superior están promoviendo cierta evolución hacia modalidades de aprendizaje abierto, con una oferta educativa flexible, que sirva tanto para aquellos alumnos que siguen la enseñanza presencial.
Aunque nuestros Centros de Recursos Multimedia tienen un fuerte componente tecnológico se apoyan fundamentalmente en la intercomunicación telemática y otros recursos proporcionados por las TIC, puede servirnos el concepto de Centro de recursos, que se viene utilizando desde hace mucho tiempo, refiriéndose básicamente a los Centros de recursos escolares, como punto de partida para ayudarnos a comprender la estructura y funciones de nuestros CRM. Debemos admitir que se hace necesaria una revisión del término, al introducirse nuevos conceptos asociados, como pueden ser: aplicación de las NTIC, multimedia, trabajo a distancia, formación flexible y a distancia.
En la actualidad, puede concebirse un centro de recursos de aprendizaje como un servicio organizado en el seno de una institución, de una empresa o como una organización externa dedicada a la formación.
Lo que se pretende, es la búsqueda de la individualización de la enseñanza; al ofrecerles materiales diversos e instalaciones y recursos adecuados, se pretende que el alumno sea capaz, y de hecho la organización del centro lleva a ello, de tomar la iniciativa en su propia formación.
La función más importante de un Centro de recursos multimedia es precisamente la que apuntábamos al finalizar el apartado anterior, es decir, la ruptura de la coordenada espacio-temporal. Facilita el acceso a la formación y al reciclaje profesional, a todas aquellas personas que no pueden desplazarse al campus universitario. El centro de recursos multimedia está cerca y les permite aprovechar unos recursos a los que de otra manera no tendrían acceso.
La necesidad de este tipo de centros para una adecuada explotación de las posibilidades de las TIC en la enseñanza flexible. Facilitando a los usuarios de éste tipo de aprendizaje, la infraestructura, los medios y el asesoramiento necesarios para tomar la iniciativa en su formación.
La importancia de definir la figura o figuras que pueden contribuir a una optimización de dichos centros. Tras hablar de los CRM se hace indispensable definir el perfil del profesional que hace posible que el CRM desarrolle y optimice todas sus posibilidades. Estamos ante la figura del Gestor.
Por último, La importancia de experimentar con otro tipo de organización de estos centros (Centros de servicios comunitarios compartidos, etc.); con la finalidad de crear una infraestructura funcional dónde toda la población encuentre respuesta a sus necesidades, ya sean formativas, de trabajo, reciclaje profesional o investigación. Éste tipo de centros rentabilizarían y posibilitarían un mayor aprovechamiento de las TIC por parte de la sociedad.
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